Noelia dio su paseo matutino con una sonrisa nueva. Los hombres que se cruzaban con ella experimentaban un curioso interés y deseo, y las mujeres cierta envidia. De vuelta a casa no tardó en telefonear a su amiga: -"Tenías razón Pili, las bolas chinas son el mejor invento del mundo."
1 comentario:
jaja...así de feliz iría sí...
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